Kresic lleva toda una carrera ganándose las habichuelas en banquillos de medio pelo, obrando milagros con plantillas creadas a base de invertir cuatro perras y mucho trabajo, así que no debe de resultar casual que, pese a jugar con un equipo desdentado, supiera la manera de hincar el diente al Barcelona. No es nuevo su estilo, no sorprende a nadie, pero es resultón. Le bastó al veterano entrenador con buscar la espalda de Alves. La encontró Bellvis hasta tres veces sin que se enteraran los zagueros del Barcelona, que, cuando entendieron de qué iba la copla, ya habían recibido un gol. En su tercera llegada ofensiva, Bellvis puso un centro pasado para Mario, que acompañó la contra como mandan los cánones hasta resolverla justo por el otro lado del campo: tuvo tiempo para controlar la pelota y rematar sobre la salidad de Valdés, lo que saca las vergüenzas a la defensa. El Numancia tuvo bastante con ser listo y práctico.
A los defensas del Barcelona les costó darse cuenta de que para vigilar a un solo punta ?Brit, durante el primer tiempo? eran demasiados efectivos y no dieron un paso adelante hasta que en el descanso debió de pedirlo el entrenador. Un regalo para el Numancia, que siempre dispuso de más gente en el centro del campo, chafando el violín a los volantes del Barcelona, Iniesta y Xavi, que no encontraron apenas líneas de pase ni tampoco ayuda en Henry y Messi, que, más que abrir, cerraron los caminos del gol. Hasta que Guardiola llamó a zafarrancho, dio entrada a Bojan y quitó a Henry, el partido languidecía al gusto soriano. En veinte minutos, el niño azulgrana puso en evidencia al veterano francés y el Barcelona generó ocasiones suficientes para empatar, incluido un remate de cabeza de Eto’o que lamió el poste y un disparo a la madera de Messi. Pero el discurso de la falta de puntería suena a vieja excusa, del miércoles pasado sin ir más lejos, y la realidad demuestra que el Barça de Guardiola no es todavía un equipo solvente, que cometió errores en las dos áreas que le costaron el partido, que no aprende a cerrar atrás y no encuentra la manera de matar delante los partidos. El encuentro vino a ser demasiado parecido al de hace cuatro días en Cracovia y, como aquél, terminó con derrota por la mínima. No le alcanza al Barça con Messi y le sobra Henry, como le faltan horas en la cocina para que un último hervor permita sacar el plato a la mesa con garantías de éxito.
Luis Martín, El Pais, 31.08.08
http://www.elpais.com/articulo/deportes/Barca/le/falta/hervor/elpepudep/20080831elpepudep_16/Tes